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La capacidad de asombro y sonrojo sobre el contexto político español parece no tener límites.

Meses de silencio en España porque sus negociaciones políticas eran delicadas y Sánchez ha querido resolver un conflicto internacional dramático en prime time.

Me he dedicado los últimos ocho años al sistema multilateral. Es un tablero lento, de movimientos medidos donde cada centímetro de avance cuesta mucho tiempo y mucho esfuerzo. Los verbos importan y la planificación de los hitos puede alargarse en el tiempo dada la complejidad de los contextos. Hay que ser paciente y mantener la calma. Es cocinar a fuego lento.

Creo que el Gobierno de España se ha equivocado y vamos a tener un problema internacional severo. A 50 días de la masacre que vivió Israel, en la cara de su Presidente, todo en directo y en mitad de una operación de intercambio de rehenes por prisioneros, no era ni el formato ni el lenguaje ni los cauces adecuados para lograr el objetivo que pretendías.

Vuelves a casa con un conflicto con uno de los países de mayor complejidad geoestratégica y con el agradecimiento de una de las organizaciones terroristas más crueles del mundo. Sánchez, Moncloa y el MAEC han errado en este viaje oficial. En el fondo y en las formas. En un país con fortaleza exterior, algo así le costaría el puesto a alguien. Aquí todo da igual porque la polarización extrema lo justifica todo.

Hemos vivido en directo el que será uno de los capítulos más controvertidos de la acción exterior española. El fin no justifica los medios y en diplomacia o relaciones internacionales menos aún. Confío en que los fontaneros internacionalistas ya estén poniendo cortafuegos a esta crisis en la acción exterior porque las consecuencias pueden ser muy delicadas.

Si la izquierda quiere presumir de «coraje diplomático» tienen la oportunidad empezar por América Latina. Nicaragua, Venezuela o Cuba seguro que aceptan grabarse en directo un chorreo de Sánchez….

Si realmente quieren lograr el alto al fuego en Gaza, liberar rehenes y permitir la entrada de ayuda humanitaria; dejen trabajar a los profesionales prudentes y discretos.